Como mencionamos, además de los planetas principales, el
Sistema Solar está compuesto por muchos más cuerpos celestes. Alrededor de la
mayoría de los planetas giran satélites, de manera similar a la Luna en torno
de la Tierra. En Astronomía, el término satélite se aplica en general a
aquellos objetos en rotación alrededor de un astro, este último es de mayor
dimensión que el primero; ambos cuerpos están vinculados entre sí por fuerzas
de gravedad recíproca.
Existe una diferenciación entre satélites naturales y
artificiales. Los artificiales son los construidos por el hombre, y por lo
tanto es factible, de alguna manera, de modificar su trayectoria. En las
últimas décadas se han puesto en órbita una gran variedad de satélites
artificiales alrededor de la Tierra y también de varios planetas.
Un satélite natural, en cambio, es cualquier astro que se
encuentra desplazándose alrededor de otro; no es factible modificar sus
trayectorias artificialmente.
En general, a los satélites de los planetas principales se
les llama lunas, por asociación con el nombre del satélite natural de la
Tierra.
Los diferentes planetas poseen distinta cantidad de lunas.
El número total en el Sistema Solar es alto y aún se considera incompleto, ya
que se continúa encontrándose nuevas lunas. No se conocen lunas en Mercurio ni
en Venus y tampoco ningún satélite que posea una luna.
A pesar de estar acostumbrados a que la visión de nuestra
Luna como un cuerpo esferoidal, debe pensarse que, en general, los satélites de
los planetas principales pueden ser bien diferentes, presentar formas
irregulares o ser sumamente achatados.
En la actualidad (julio de 2015) el número total de
satélites conocidos en cada planeta se indica a continuación. Seguramente en
los próximos años un número mayor de pequeños satélites serán descubiertos.
Número de Satélites de los Planetas
Planeta Número de
Satélites
Tierra 1
Marte 2
Júpiter 64
Saturno 150+53(menores)
Urano 27
Neptuno 14
Plutón 5
Las lunas de los planetas se mueven alrededor del mismo
soportando diversas fuerzas; si los planetas fueran esferas perfectas, se
desplazarían en órbitas perfectamente elípticas. Como los planetas están
deformados a causa de su rotación, presentan un abultamiento ecuatorial. Este
efecto, conjuntamente con las fuerzas de atracción de otras lunas del mismo
planeta y la acción gravitatoria del Sol, determinan que cada satélite posea un
movimiento complejo denominado movimiento perturbado.
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